¡¡Hola a todos/todas!!
Como se acerca Pascua (poco a poco, todavía falta un poquito aunque así os doy tiempo para hacer alguna prueba antes del gran día) he decidido hacer un clásico que no todos nos atrevemos a hacer en casa: ¡¡el famoso huevo de chocolate!!
Sé que parece un poco más difícil de lo que es, por eso os anima a probarlo. En esta receta también aprenderemos a temperar el chocolate, cosa muy útil para hacer cualquier tipo de figura de chocolate o bombón.
Podéis utilizar cualquier molde de silicona o plástico transparente para uso alimentario para obtener las formas que más os gusten.
Como ingredientes sólo necesitamos: ¡¡CHOCOLATE NEGRO PARA FUNDIR!!
El chocolate negro es más fácil de trabajar que el chocolate blanco o chocolate con leche, ya que estos dos últimos son un poco más delicados, y las temperaturas que comentaremos a continuación pueden variar un poco. Si ése es el caso, buscad las temperaturas para el tipo de chocolate, y el procedimiento es el mismo que comentaremos.
Para atemperar el chocolate deberemos aplicar una curva de temperaturas para conseguir un chocolate más brillante, con una textura más ligera y que se funda en la boca. O sea,…¡que vale la pena!
¡Pues vamos allá!
1.Preparamos un cazo a baño María (podéis encontrar cazos para hacer baño María hasta un baño María eléctrico). Nosotros pondremos dos cazos, uno más grande con un poco de agua, y uno más pequeño dentro. Encendemos el fuego y dejamos que el agua se caliente.
¡Sobretodo! Vigilad que no caiga agua dentro del cazo más pequeño, ya que el chocolate y el agua no son amigos.
2.Introducimos el chocolate cortado a trozos, de esta forma se fundirá más rápido y a una temperatura parecida, dentro del cazo pequeño. Controlamos con el termómetro para alimentos la temperatura, hasta que llegue a 50ºC.
3.Separamos 1/3 del chocolate fundido en un bol, y el resto lo esparcimos encima del marmol de la cocina (¡bien limpio!). Lo esparcimos bien y lo movemos hasta que la temperatura baje hasta unos 27ºC aproximadamente.
Este paso también lo podemos hacer poniendo 1/3 del chocolate dentro de un bol encima de agua tibia y ir removiendo hasta llegar hasta los 27ºC.
4. Juntamos los dos chocolates y los volvemos a calentar al baño María hasta obtener una temperatura de entre 30ºC y 33ºC. Esta es la temperatura es la que utilizaremos para trabajar el chocolate, o sea que podemos remover un poco y poner el chocolate en el molde.
5. Ponemos el chocolate en el molde (en nuestro caso en las dos mitades del huevo de Pascua, pero podéis utilizar el molde que queráis). Dad vueltas al molde hasta que el chocolate este bien repartido, y si necesitáis más chocolate id añadiéndola. Girad el molde y dejad enfriar el chocolate (yo dejo el molde del revés sobre unos vasos para separarlo de la encimera), de esta manera el chocolate sobrante irá cayendo. Si queréis que el huevo de chocolate quede más grueso podéis repetir la operación aplicando otra capa de chocolate.
6.Limpiad alrededor de las cavidades del huevo, para evitar que se seque el chocolate y haga formas extrañas en las juntas.
7.Dejad que se enfríe bien antes de desmoldar (recomendamos unas 4 horas para asegurar). Pasado el tiempo sólo presionando un poco el plástico el huevo caerá. Si veis que os cuesta todavía lo podéis dejar enfriar en la nevera un rato más.
8.Juntamos las dos partes del huevo con un poco de chocolate fundido. Para hacer la operación de manera más estable y segura, podéis poner la mitad del huevo dentro del molde, poner el chocolate fundido con una manga y boquillla pequeña en la junta, y colocar la otra parte del huevo encajando bien.
9.Sólo debemos dejar que el chocolate de la junta se seque y,…. ya podremos poner nuestro huevo de chocolate encima de la mona de Pascua :) En este mismo blog disponemos de la receta de la mona de Pascua más tradicional, parecida a la masa de brioche.
¡Ahora sólo queda disfrutar!